viernes, 31 de octubre de 2008

Lo más importante en la reforma del Estatuto es que en el futuro no sea imposible cambiarlo.

El punto que fue excluído de la reforma

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El mayor logro de la camarilla que hoy gobierna a la Universidad Nacional del Comahue fue el de poner la paridad Claustro docente – Claustro estudiantes en el terreno de lo imposible. Porque entonces si por alguna de esas debilidades del destino llegaran a otorgar ese reclamo, quedaría como una gran concesión, sin serlo.

 

Hay que desandar el mito de esa cuenta matemática que nos salvará… De esa estructura que colmará el espacio de nuestra plenitud ausente, que democratizará.

 

Una de las formas de desandar el mito, es incluir la categoría de bloque de poder en el análisis de las relaciones de fuerza en la UNCo. El bloque de poder está compuesto por docentes, graduados y no-docentes, por ser ellos que reciben la masa salarial, el presupuesto para investigación y extensión y los gastos administrativos de la UNCo. De esta manera siempre en una situación decisiva actuarán corporativamente, como ya lo demostraron, en defensa del $upremo Interés. Siendo incluso los que mayor poder de cooptación tienen, inclinando a su voluntad al claustro estudiantil[1]. Con lo cual aunque el claustro estudiantil lograra, en una reforma estatutaria, un consejero más que el claustro docente, ni siquiera eso igualaría las relaciones de fuerza en la Universidad.

 

No se trata de construir una moral de los números, si no de cambiar un esquema que trae como resultado esta universidad fofa, sorda e incapaz de estar a la altura de la complejidad que hoy presenta la sociedad.

 

Vivimos en una sociedad donde los cambios se dan de una forma acelerada, con una universidad incapaz de dar respuestas siquiera a las contingencias que se suscitan en su interior.

 

Como si la barcaza (la universidad) estuviese anclada en el medio de la tempestad (la sociedad) y sus capitanes, sus autoridades, los expertos, las eminencias, los doctores acordaran las formas de poder dejarla más anclada aún en medio de ella. Anclar en la tempestad suele ser más catastrófico que flotar a la deriva. Y mejor que flotar a la deriva es aprender a navegar en la tempestad.

 

La tempestad es la sociedad, con sus contingencias, sus cambios y el punto más importante es como crear en el Estatuto ciertos mecanismos que eviten ese cuerdo anclaje destructivo, tan llamado normalidad por los declamadores de la democracia.

 

Los puntos tratados en la discusión sobre la democratización son de suma importancia, es aflojar un poco el ancla; Pero si no se aclara en el Estatuto (siguiendo con la alegoría) que el ancla es lo que nos mata, el poco avance que tendremos dará lugar a que los capitanes de la nave se den por satisfechos y no atiendan por un largo tiempo al problema central: la tempestad.

 

Por ejemplo, supongamos que la logramos la tan idealizada paridad docente – estudiantil y se incluye finalmente en el Estatuto. Eso no necesariamente implicaría una gran incidencia en las decisiones en el gobierno universitario, porque el bloque de poder seguirá siendo decisivo, y sin embargo, el hecho de que nos la hayan concedido les dará las justificaciones para clausurar las discusiones por la democratización por largos años, quizás décadas, y ante cualquier atisbo de reclamo nos pondrán en el eterno rótulo de "los inconformes de siempre".

 

Entonces los detractores de la democratización dirán que esta fue un fracaso y por mucho tiempo[2] habrán logrado desmovilizar la lucha e imponer su proyecto conservador de anclaje.

 

Algunos dirán entonces que el fracaso tuvo su procedencia en no haber planteado la mayoría estudiantil ¿pero es acaso la mayoría estudiantil, o nuestros "cuatro puntos", una garantía de la completud ausente en la Universidad? No lo creemos. Y no lo creemos porque no creemos que exista una estructura que nos libre de la acción política. Por ejemplo si la mayoría estudiantil fuese comprada por el bloque de poder, lo que quedaría es la acción política, porque entonces la estructura habrá dejado de garantizar lo que planteaba idealmente.

 

Toda estructura es riesgosa, tiene sus pro y sus contra, es por eso que en los puntos mismos donde están las fallas de la estructura, son los puntos en los que entra el juego de la acción política. Entonces más allá de la moral de los números, de la matemática de la libertad, de la estructura de la plenitud, el mayor desafío que tenemos y que no puede quedar afuera del Estatuto próximo, es el de crear las condiciones normativas, que no dejen atrapado el juego de la política, como sucedió en este conflicto.

 

No pensar en eso, podría ser interpretado como no haber aprendido nada de este largo conflicto. No se puede dejar atado el juego de la política a la veleidad de unas pobres camarillas y su rudimentaria estrategia del tiempo y del desgaste.

  

El punto impostergable. Salir del terreno de la imposibilidad.

 

Por eso insistimos en exponer, ¿cómo dejar planteada una configuración estatutaria que amolde su estructura a los cambios sociales y por ende a los cambios que necesita la universidad. Por ejemplo en un futuro cercano, la universidad, al igual que la sociedad, deberá plantearse, inexorablemente, la existencia de proceso de presupuesto participativo; una reformulación de "la función social de la universidad"; la pertinencia de sus planes de estudio, etc. Todos puntos que no pueden quedar sujetos al capricho de una rectora senil y su banda de cínicos.

 

Lo más importante, entonces, en la reforma del Estatuto es que en el futuro no sea imposible cambiarlo.

 

Paradójico miedo. La izquierda tiene un extraordinario y conservador temor de que si eso sucede estaremos en peligro de que en dos años los conservadores cambien el Estatuto y conviertan a la universidad en un campo de concentración.

 

Eso también hay que pensarlo. Aunque los ataques conservadores siempre generaron un buen foco insurreccional para poder combatir sus intereses y desactivarlos. En ese caso lo único que hay que aprender es a actuar rápido, que es, nada más y nada menos, que el espacio del juego político ya mencionado. Donde además, surgen las mejores ideas para la organización social.

 

El punto es imprescindible. Además es riesgoso. Pero buscar medidas no-riesgosas, sería idealizar un esquema que suprima el juego político. Que de hecho así pretende ser el esquema actual, dónde el juego político muy pocas cosas pudo generar y donde sus aspiraciones prevalecen en el terreno de lo imposible.

 

En realidad no es riesgoso el punto, lo del riego es un temor conservador. Más riesgoso es el anclaje que desmantelará la discusión legítima sobre la democratización y la organización de la sociedad.

 

¿Estamos pensando que un tipo de organización, una estructura de un estatuto, unas proporciones matemáticas nos van a salvar?. ¿Que la paridad docente – estudiante será un gran avance hacia la democratización?. Y realmente lo será, y sin nos dan un consejero más, será mejor que el esquema actual.

 

Pero más importante que esas reformas, es dejar planteado en el Estatuto, un mecanismo a través del cual la voluntad popular de la universidad pueda destrabar lo que las camarillas que gobiernan se oponen. Esa cláusula es más importante que cualquiera de los otros puntos.

 

De esta manera buscamos salir del terreno de lo imposible.

 

Por eso acá va una propuesta en esa dirección.

 

Aclaración: Todos los fundamentos expresados hasta aquí, son para nuestras consideraciones internas. Los que siguen son para presentar dentro del proyecto general que estamos armando para la reforma del Estatuto. Los artículos que dicen XXX son los artículos de la ordenanza que hace efectiva la reforma del Estatuto. No les pusimos número así se pueden sumar a los artículos del proyecto que están haciendo los distintos sectores del FER y del la UNCo.

 

Propuesta para añadir la Iniciativa Popular Universitaria, al Estatuto de la UNCo:

 

Visto que:

 

El Estatuto de la Universidad Nacional del Comahue no cuenta con mecanismos que contemplen las situaciones de crisis, como las que se han suscitado en los últimos años;

 

Que la democratización de la Universidad significa buscar mecanismos que incluyan a toda la comunidad universitaria en la decisiones sobre el destino de la Universidad;

 

Que las medidas de iniciativa popular ya llevan más de una década de vigencia en el derecho argentino, incluida la Constitución Nacional y las constituciones de las provincias donde funciona la UNCo y que la universidad no puede quedarse atrás en este sentido;

 

Que la Iniciativa Popular Universitaria permitiría salir de las crisis institucionales con mecanismos que alienten la acción política en democracia, la construcción y la búsqueda de nuevos rumbos para una Universidad acorde a las necesidades sociales;

 

 

La Asamblea Universitaria del la Universidad Nacional del Comahue

Ordena:

 

Articulo XXX.- Agrégase el inciso "c)" al artículo 97 del Estatuto de la Universidad Nacional del Comahue, el cual queda redactado de la siguiente manera:

 

"c) Mediante un proyecto presentado por iniciativa de la Comunidad Universitaria según lo prescribe el Artículo 132º del presente Estatuto. En tales casos el Consejo Superior. cuando las firmas certificadas alcancen un mínimo del 10% del padrón electoral de la UNCo, se verá obligado a Convocar a la Asamblea Universitaria para tratar el proyecto de reforma presentado".

Articulo XXX.- Se modifica el artículo 109º del Estatuto, el cual queda redactado  de la siguiente forma:

"Artículo 109: En los casos de ausencia, enfermedad, suspensión, separación, renuncia o muerte del Rector ejercerá sus funciones el Vice-Rector y a falta de éste el Decano de mayor edad. Cuando el Rector haya cesado definitivamente en sus funciones el Consejo Superior convocará a la Asamblea Universitaria dentro de los quince (15) días de producida la vacante, para elección de un nuevo Rector por el término que reste para completar el período. En caso de conflicto de disolución del consejo Superior, los Consejos Directivos en funcionamiento asumen la responsabilidad de convocar a la Asamblea Universitaria, en un plazo no superior a los quince (15) días. En tal caso la Asamblea es convocada por última vez con los consejeros vigentes al momento de disolverse el Consejo Superior y elige al nuevo rector, convocando en esta misma reunión, a elecciones para restablecer dicho Consejo y fijando además, día y hora de reunión de la próxima Asamblea Universitaria, con el fin de tratar las problemáticas que dieran origen al conflicto. La fecha de esta reunión no podrá excederse más allá de un (1) mes de normalizado el Consejo Superior".

 

Artículo xxx.- Se añade el "Capítulo Séptimo: Iniciativa de la Comunidad Universitaria", y los artículos 132º al 135º que lo conforman, el cual quedará redactado de la siguiente manera:

 

"Capitulo Séptimo: Iniciativa de la Comunidad Universitaria.

Artículo 132: Los miembros de la Comunidad Universitaria tienen el derecho de Iniciativa Popular Universitaria para presentar proyectos de ordenanza y resolución en el Consejo Superior, el cual deberá darles expreso tratamiento dentro del término cuatro (4) meses. Validan la Iniciativa Popular Universitaria el 5% de firmas del padrón electoral interclaustros. Los proyectos son aprobados por la mitad de los miembros presentes del Consejo Superior.

 

Son también objeto de iniciativa, los proyectos de modificación del Estatuto. En estos casos especiales, validado por el 10% del padrón electoral interclaustro, el Consejo Superior estará obligado a convocar a la Asamblea Universitaria en un plazo no mayor a los tres (3) meses para decidir sobre estos asuntos.

 

Artículo 133: Las certificación de las firmas que acompañan a la Consulta Popular Universitaria, queda bajo la obligación y la responsabilidad de la administración de la Universidad Nacional del Comahue, quedando sujeto a sumario administrativo quien obstaculice de dicho trámite.

 

Articulo 134: El Consejo Superior con la votación, de la mitad más uno de sus miembros, podrá someter a Consulta Popular Universitaria un proyecto de resolución u ordenanza. En este caso la votación, mediante voto secreto, se hará extensible a toda la Comunidad Universitaria en sus distintos claustros. El voto afirmativo del proyecto por la Comunidad Universitaria de la UNCo, lo aprobará y su promulgación será automática.

 

Articulo 135: En función de lo prescripto en este capitulo, las Facultades y los Centros Regionales reglamentan la Consulta Popular Universitaria dentro de su jurisdicciones locales".



[1] Como también lo han demostrado. La Franja morada metió en el 2006, dos de los tres consejeros estudiantiles que conformarían el CD del CURZA. En todo el año se sometieron obedientemente al decano de turno, incapaces de exponer argumentaciones a sus votaciones automáticas.

[2] Mucho tiempo significa que pase esta generación y que las nuevas no tengan conocimiento de lo aquí sucedido.




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miércoles, 1 de octubre de 2008

Presentación Libro - Genealogías de la universidad contemporánea



La Biblioteca Nacional y Editorial Biblos lo invitan a la presentación del libro:


Genealogías de la universidad contemporánea


Sobre la Ilustración, o pequeñas historias de grandes relatos

Francisco Naishtat • Perla Aronson (editores)

Martín Unzué (coord.)


Colección SociedadBiblos 2008
Presentan:
Sandra Carli, Claudio Suasnábar y Adriana Chiroleu
Martes 7 de octubre, a las 14:30 horas
Sala A. Cortázar • Biblioteca Nacional
Agüero 2502, Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Los anhelos utópicos y las promesas que impregnan el ideario ilustrado en la universidad no son simplemente ilusiones, engaños, falsa conciencia destinados a desmoronarse como máscaras agrietadas frente al avance de la modernización. Por el contrario, son genuinas fuerzas históricas del campo hermenéutico de la universidad. Por ello, los autores de este libro no han buscado desentrañar una supuesta necesidad en la dialéctica de la universidad moderna para deducir confortablemente, con interesada deformación "presentista" y supuesta necesidad de destino, el conformismo de la universidad contemporánea y su abandono de los ideales ilustrados y de emancipación. Los artículos aquí reunidos ponen así en suspenso, en epojé, la teleología negativa de la modernidad para tomarse en serio las utopías, los anhelos y los ideales ligados a la Ilustración , es decir, dar a la contingencia, y no al destino, la última palabra, y mostrar cómo, en la definición de la universidad moderna, una fantasmagoría o una promesa pueden irrumpir como auténticas marcas de identidad, es decir, como fuerzas políticas e históricas, dotadas de causalidad, generadoras de creencias y deseos que empujan a los hombres y a sus instituciones a definirse agonalmente en la interpretación de eso que se llama "universidad", aun si estas fuerzas chocan una y otra vez contra los límites de una modernización sistémica que condiciona y erosiona el potencial crítico del conocimiento universitario.







Agradecemos su presencia y la difusión del encuentro


Prensa – Editorial Biblos

mariana@editorialbiblos.com
www.editorialbiblos.com




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